No, no, no. Los privilegios y caprichos no son una elección. Nos sorprende, a la vez que nos indigna, la asignación del cheque infantil para escuelas infantiles privadas de 0-3 años.
La excusa para dar dicho regalito es una compensación por quedarte sin plaza en la escuela pública. Qué gran idea, qué gran picaresca.
En lugar de crear más escuelas infantiles, totalmente públicas, que sería la forma de garantizar la igualdad para todas las familias que quisieran acceder a una escuela como medida de conciliación y de educar a sus hijos/as, se hace todo lo contrario: abrir un camino injusto e insolidario.
Porque sí. ¡Brillantes políticos expertos en gestionar lo privado! Bajo su gran defensa del derecho de elección se encuentra una gran falsedad. No de puede tener derecho a elegir si no se parte de una igualdad de oportunidades. Elegir desde diferentes necesidades no es libertad de elección es otra cosa: es egoísmo, capricho, privilegio. No oculten algo turbio en algo bondadoso como es un derecho de verdad.
Si tuviésemos que repartir una cesta de fruta entre un enfermo, un/a niño/a y una persona sana y robusta a nadie se le ocurriría dar lo mismo a los tres sino que repartiría según las necesidades de cada persona. Decir que la persona sana y robusta, basándose en su derecho a comer, puede comer lo mismo que las otras dos sonaría como mínimo ridículo.
Pues compárenlo con un cheque infantil, derivado de un dinero PÚBLICO dado a diestro y siniestro sin ni siquiera un requisito en que se tenga en cuenta los ingresos de quien lo percibe.
Abrimos dos caminos muy peligrosos: discriminar a familias que accederán por igual a una escuela pública y que de no entrar en ella podrán tener un dinero para una privada. Pero una de las familias sí podrá pagarse la privada y no tendrá problema en optar a una plaza para su hijo/a y otra no, aún con el cheque, y tendrá que buscarse otras alternativas.
Un camino de picaresca, que ya hemos observado, de familias, no todas por supuesto, que quieren desde el principio una privada y hacen la solicitud en una pública en que hay muchísima demanda y saben que no entrarán, por lo que tendrán asegurado desde el primer momento su escuela y su cheque.
Lo miremos por donde lo miremos es una idea perversa que conlleva diferencias de clases, de personas y lo más grave: de niños y niñas.
Los niños y niñas no son propiedad de sus familias sino personas con identidad propia. La infancia debe tener los mismos derechos siempre y eso es algo que solo se puede conseguir con las mejores escuelas públicas, de todos para todas.
Basta ya. Los recursos públicos para los servicios públicos. Quien quiera lujos que se los pague.