Desde el Sindicato de Enseñanza de CGT de Madrid queremos transmitir nuestra preocupación ante el impacto que la pandemia de COVID-19 está teniendo, y puede tener en un futuro próximo, en los centros escolares. Sobre todo en un contexto en el que desde el Gobierno se insinúa, de forma claramente apresurada, una posible reapertura de los mismos para menores de 6 años.
Si se ha dado por finalizado el presente curso en el resto de etapas educativas, desde nuestro sindicato creemos que esta medida no puede ser aceptada en ningún sentido. No aceptamos apertura de ningún centro educativo 0-6 por las siguientes razones.
- No pueden garantizarse las medidas higiénico-sanitarias (distancia de seguridad, evitar el contacto físico, uso de mascarillas o guantes, etc) con el alumnado de infantil. Las características de los niños y niñas de edades comprendidas entre 0-6 años hacen que conozcan su mundo a través de los sentidos, en especial el tacto y el gusto. Los materiales en esta etapa son todos de carácter manipulativo y se trabaja con ellos de manera colectiva, los espacios son mínimos y no se puede mantener la distancia social que pueda evitar el contagio o la transmisión. El establecimiento de estas medidas para evitar contagios es contrario al desarrollo psicoevolutivo del niño/a y vulnera su derecho al juego y al movimiento, a la relación y al contacto, tan necesarios para su crecimiento.
- Por otra parte, no es comprensible ni aceptable que bajo la necesidad de la conciliación laboral y familiar se pretenda que sean los centros educativos, que trabajan en la etapa 0-6 años, los que den este carácter meramente asistencial. Las profesionales de infantil están demostrando que son muchas las labores educativas que se realizan en esta etapa; desde reuniones con todo el equipo del centro para seguir desarrollando la labor que tenían planificada hasta acompañamiento a las familias ofreciéndoles alternativas educativas para hacer con sus hijos/as. Son años de lucha, en las que como sindicato de enseñanza hemos estado, para hacer entender a la sociedad el carácter educativo de esta etapa. Volver a tener que recordar este aspecto es altamente insultante. “Educamos, no guardamos” .
Si se inicia la actividad laboral deberán ser las Instituciones políticas y las empresas las que propicien medidas que garanticen a la clase trabajadora dicha conciliación (teletrabajo, reducciones de jornada, flexibilización de turnos, etc) pero jamás debe darse, bajo la premisa de la conciliación, la excusa para que la etapa infantil inicie la desescalada: las niñas y niños no son elementos de conciliación, son l@s trabajadores los que tienen derecho a la conciliación de su vida personal y laboral, propiciado por las empresas.
Asistimos también con incredulidad al planteamiento de la reapertura de los centros educativos de educación especial. En estos centros, las características del alumnado hacen imposible que se pongan en marcha medidas preventivas de contagio y transmisión tanto entre dicho alumnado como entre l@s profesionales que trabajan en ellos, por lo que consideramos que tampoco puede reanudarse esta actividad en estos momentos.
Las escasas condiciones de seguridad sanitaria que se pueden garantizar en el resto de centros (CEIP, IES, FP; Universidades,…) tampoco propician la reincorporación del resto de etapas educativas a los centros, máxime cuando se está realizando teletrabajo, mucho más horas de las necesarias, y que sería una incongruencia que volviera una parte del alumnado y otra no (¿cómo podría el profesorado impartir clases online al alumnado que no asista y presenciales al que esté en el aula?).
La coherencia nos hace afirmar que lo más adecuado es que finalice el curso y se empiece en septiembre, con los centros adaptados y las condiciones adecuadas.
Deben tenerse en cuenta los aprendizajes obtenidos de la dramática situación que estamos viviendo, y no actuar como si no hubiera pasado nada y todo volviera a la precaria normalidad que conocemos. Todo ello requiere de una fuerte inversión en recursos humanos e infraestructuras. Por poner un ejemplo, menos alumnado por aula requiere más personal docente y mayor presencia de especialistas en atención a la diversidad en todos los centros.
Por todo lo expuesto, desde el Sindicato de Enseñanza de CGT pedimos a las autoridades políticas que, dentro de sus competencias, adopten todas las medidas necesarias para que la Educación Pública salga reforzada de esta experiencia de confinamiento y no vuelva a ser, como en anteriores crisis, uno de los sectores donde se apliquen con mayor virulencia recortes presupuestarios.
Nuestra organización estará presta y vigilante para actuar en defensa de la educación pública y de la salud e integridad de toda la comunidad educativa con todas las herramientas a nuestro alcance.
Madrid, 30 de abril de 2020